Mi abuelo, Antonio (Lucena, 1927).

Como ha sido imposible que cante despacio para escribir las letras, las letras que dejo son más o menos lo que he pillado y lo que mi madre recuerda.
De aquí vengo, de aquí:
Que si fue que si vino
cáscara pepino
pechuga de trompo
¿Quieres ser mi novia
ahora por lo pronto?
***
Anda vete con la otra,
supuesto que tienes dos,
la otra tiene dinero
pero más vergüenza no.
***
Tienes una cinturita
que anoche te la medí
con la cincha de mi burra
catorce vueltas le di
y me sobró una poquita.
***
Y quieres que te cante
como si fuese poeta
ahora verás:
las pavas no tienen tetas
porque dios no se las ha dao
pero las tiene tu hermana
que yo se las he palpao.
***
Eres tan alto y finito
como el hinojo
lo que tienes de alto
lo tienes de flojo.
***
Te pusiste y dijiste
en una casa de juego
que tú te casas conmigo
eso será si yo quiero.
***
Tú piensas que yo cantando
tengo el corazón alegre
yo soy como el ruiseñor
que en no cantando se muere.
***
Los poetas afamados
no beben vino ni aguardiente
que se beben los meaos
de las cabritas calientes.
***
Dorotea era una muchacha
que vivía en la calle Hidalgo.
Se casó muy jovencita
con un cura extraordinario.
El día que te vea, Dorotea,
asomada a la ventana, rosa clara,
te voy a partir la cara, so marrana.
***
Despreciaste mi cariño
por un hombre que tenía mucho dinero.
Que tenía mucho dinero
lo has visto vestido de caballero
a tu reja se ha acercado a cuatro pies.
Soy un hombre y no puedo mantener
el orgullo que requiere tu persona.
Que requiere tu persona.
Ese rico es el que a ti te ilusiona
y orgullosa morirás sin un real.
Y por eso te verás:
aprovecha lo que a otra le ha sobrao.
Lo que a otra le ha sobrao.
Que el que tanto te quería te ha olvidao
y de entonces comprendí tu mal talento.
Y por eso me revuelco en el plumero
de las pavas que contigo yo he pelao.
Y seguirá habiendo cosas que contar, ahora que pasaré días enteros con él. Seguiré escuchando.