domingo, 10 de junio de 2007

Sin mitad

De pronto, un día cualquiera, descubres que todo era mentira. De repente, sin previo aviso (quizá el aviso estaba y no querías verlo), te das cuenta de que la relación más importante que tenías, sobre la que te apoyas, sobre la que te has apoyado, era mentira.
Y, ¿qué es la mentira? En realidad, la mentira quizá estaba en tu tejado. Quizá tú deberías haberte dado cuenta de que las cosas en algún momento habían cambiado. ¿En algún momento? No, en ese momento. Hubo un punto, un instante en que lo que era bueno se volvió malo, lo que era bonito se volvió feo. Ese momento. Ese en qué sin quererlo se hundió una relación, ese momento en que las demostraciones se volvieron fingidas.
Y mentir sobre lo que sientes por no estropear lo que aún tienes ¿no es una demostración sin mentiras? Quizá sí. O quizá no importe tanto la otra persona, quizá no hayas sido para alguien un pilar de sustento, y esa mella que a ti te corroe para otra persona no haya sido más que un rasguño que se puede salvar fingiendo que no pasa nada.
Llegó un momento en esa relación que sentías que de dos personas habíais hecho una. Llegó un momento en que pensabas que lo que tú pensabas, lo que sentías, lo que opinabas, en lo que te equivocabas, lo que fallabas, lo que te dolía y lo que le dolía, lo que fallaba, en lo que se equivocaba, lo que opinaba, lo que sentía y lo que pensaba, lo hacíais los dos; que la empatía se había convertido en conexión.
Y llega el punto, el instante, el momento en que todo cambia. Cambia como consecuencia de muchos instantes, como producto de una siembra de inseguridades. Llega el momento en que algo se convierte en un mundo. Algo que no esperas te destrozará.
Entonces, un día cualquiera, descubres que aquel momento fue decisivo. Que tú no le diste importancia, que tú ignoraste el daño que hacía, pero que ese daño ha hecho añicos a otro, a tu mitad, a la parte de ti que no esperabas dañar, a la parte de ti que salió más perjudicada a pesar de todo.
Y no hay nada que hacer. Y te encuentras de repente a medias. No solo, no sin compañía, sino partido, sin una parte, por la mitad, dividido. Y no hay nada que hacer. Y te das cuenta de que Lo Imposible duele, de que hay algo imposible que pretendías ignorar y que duele. Que tienes que empezar a aceptar. Pero sopesas, y duele menos de lo que duele quedarte partido.
Hay cosas imposibles, que aún siendo posibles en una realización idílica y objetiva, subjetivamente deben ser tan irrealizables como ansiadas. Y hay cosas tan insignificantes como hirientes, y cosas tan bonitas como necesarias.
Y sí, sabes que la quieres, que la otra persona es importante, y que no la quieres sin más remedio, que la quieres por quien es, por quien eres, por lo que significa, por lo que aporta, por lo que te hace ser, por lo que te da, y porque sí, porque no tiene explicación y porque seguirás haciéndolo a pesar de que tú para ella no seas ya más que la sombra de la mitad que le falta y que algún día fuiste.

9 comentarios:

Alguien que quiere vivir sin reloj dijo...

Che, primi, sentimientos brutales los que sientes. Si lo lees todo de seguido, asfixia. Espero que tengas buen viaje. Nos vemos pronto y hablamos que se echa de menos. Un abrazo gigante como tú.
oehp!

Anónimo dijo...

Estás demostrando que la prosa no tiene por qué ser vacía y que el verso no tiene por qué ser el mejor medio para expresar sentimientos.

Me gusta mucho tu blog.

Carmen dijo...

Gracias. Que lo diga alguien a quien no conozco me levanta el ánimo... jaja
Gracias por leerme.

dOri rOmera dijo...

Hola Carmen, soy Dori, (sabado en casa de Jose,con Emiliano los cocineros magnificos). Me imagino que ya sabes quien soy.

Bueno comentarte que me HA ENCANTADO, SIN MITAD,lo has expresado muy muy bien o por lo menos yo lo siento asi.

En fin, te seguire los pasos

Un beso

Carmen dijo...

Hola Dori!
Lo sientes así? Es jodido, para mí fue muy jodido, y aún hoy se siguen pagando las consecuencias de la falta de confianza, de vez en cuando...
Besitos!

(Espero que haya más comidas como la del sábado y que nos encontremos)

dOri rOmera dijo...

Bueno, es que en la vida pasan muchas cosas y una de ellas creo que es cuando alguien rompe eso tan preciado, como la confianza. Pero recuerda que el tiempo lo cura todo y todo lo vuelve a poner en su sitio, confía en ello.
El camino es largo, pero siempre aparecen personas en nuestros caminos que nos vuelven a dar confianza.

Un besito

Carmen dijo...

Gracias Dori, confío en ello, desde luego.
Besitos

Carmen dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Lamento tu pérdida. Me recuerda a cuando me dejó mi primer novio, ése que no habló más conmigo porque tenía que ir a hacer macarrones...
Dicen que el tiempo lo cura todo, pero algunas heridas necesitan más de una semana, más de un mes. Necesitan ser operadas y reoperadas una y otra vez, hasta que un dia te levantas y de das cuanta de que se nota, pero no tanto, que ya no duele como antes.
Espero que en tu caso, no haya que esperar mucho.
Besos