Vaya graduación la que existe en la estimación de la amistad. Hay amigos para todos los gustos, colores y días del año. Hay amigos con los que te apetecen unas risas, geniales, que quizá solo te apetecen para eso, pero es genial tenerlos. Hay otros que están además cuando los necesitas. Otros que están para cuidarte, otros a los que cuidas. Con otros puedes llegar a tener charlas inmensas por extensión y por calidad, charlas que recordarás por mucho tiempo y que te hacen "crecer", como mínimo, como amigo.
Yo he tenido la oportunidad de cruzarme con todo este tipo de amistad, que, como decía anoche uno de estos amigos en una de esas charlas inmensas: están ordenados en una escala (o escalera) y ahí suben y bajan, y eso es lo mejor, porque no pueden estar todos en el mismo escalón!
Para Maikel, uno de los amigos a los que me apetece decirle que lo echo de menos, que me acuerdo de él y que quiero seguir conociéndole mucho tiempo más... esta canción, sé que se reirá, pero por fin nos acordamos de ella y podremos cantarla cuando volvamos a estar en un barco (lleno de pescado o no) o, en su defecto, en una vaya de madera... eso sí, siempre mirando la mar de cerca!:

Por cierto, un dato que se ha estado intentando ocultar y del que me enteré hace apenas unas semanas, ¿sabeis que el ingeniero del Titanic dijo que no lo hundiría ni Dios, y se hundió en la primera travesía?