viernes, 1 de agosto de 2008

Unas cosas por otras

Un libro me ha traído imágenes y sentimientos de alguna historia pasada. Se me ocurría poner aquí miles y millones de cosas sobre las relaciones, sobre ese sentimiento... pero no voy a comentar nada. Me quedo vacía. Cuando entiendes miradas, palabras, acciones, por un mero libro, un relato que te hace entender también que cuando tú vas hay mucha gente de vuelta, entonces, decía, te vacías, te vacías de sentimientos, de palabras... Situas las relaciones en su lugar exacto y ya no tiene sentido nada, ni lo que pasó, ni lo que sentiste, ni lo que puedes sentir ahora.

Dejo un fragmentito, encantador en cuanto a dulzura, en cuanto a sentimiento, terriblemente burlesco en cuanto a realidad, y en absoluto semejante a algo biográfico de mi propia historia.





"Estamos acostados, mirándonos mutuamente, seriamente, sin decir nada, con las cabezas juntas sobre la almohada...

A veces cuando me habla y mi cabeza se encuentra debajo de la suya sobre la almohada, y veo su mandíbula, el hoyuelo, veo en su cuello a la mujer, la veo profunda, y comprendo que es una de las mujeres más mujer que he visto en mi vida, una negra de eternidad, incomprensiblemente hermosa y para siempre triste, profunda, calmada.

Cuando me aferro en esa casa, pequeña, y la aprieto, chilla, me hace unas cosquiellas furiosas, yo me río, y ella ríe, sus ojos brillan, me golpea con los puños, quiere vencerme con una llave de luchador, dice que le gusto...

Estoy con ella escondido en la casa secreta de la noche...

La aurora nos encuentra místicos en nuestras mortajas, corazón junto a corazón...

"¡Mi hermana!", hubiera pensado repentinamente la primera vez que la vi...

Sueño despierto a su lado, saludando, en enormes cocktails exóticos donde de algún modo se divisan resplandecientes Parises en el horizonte y también en primer plano; ella cruza los largos tablones del suelo de mi cuarto con una sonrisa".


Jack Kerouac, Los subterráneos. Anagrama, Barcelona, 2006.
(Traducción de Rodolfo Wilcock. Original de 1958).


4 comentarios:

Silvia Gallego dijo...

qué belleza.. qué situación¡¡

Imágenes y palabras que se revuelven en el caos de los recuerdos.

No olvides la "pátina" de magia que ofrece el tiempo... quizás fue menos, o más, de lo que ahora la traicionera mente te lleva.

Coincido con la idea de dulzura y esos "momentazos" de claridad y disfrute.

qué internasional te veo, amiga florecilla.

Al final de hoy espero renovar mis "contenidos" con Sabina y otros amigos.

un beso

Carmen dijo...

Gracias Silvia... espero encontrar tus actualizaciones pronto.

La magia y la alucinación tienen un límite difuso...

Besitos.

Güisy Pérez-Cuadrado Señoráns dijo...

Hola amiga, cuánta razón tienes. Sentimos que nuestros sentimientos no tienen frontera y a veces el observar los de los demás nos dejan hecho el vacío en el cuerpo. Escribes con la sensatez. Madurando, lo que no dejamos de hacer jamás. Más si cabe. Siempre más. En tu blog encontraré un alma gemela. Gracias por haberme puesto en contacto entrando en el mío, para poder disfrutar de tu interior. Un beso.

Carmen dijo...

Hola Güisy! Leí tu blog enterito... jaja Algunos sentimientos me rozaban... mucho.
Gracias por entrar y mirar, seguiremos leyéndonos.
Un beso.