martes, 20 de enero de 2009

Cómo se cuenta un día de fiesta?

A veces encuentras algo inesperadamente que te transporta. Y es que es absolutamente posible estar agradecida durante semanas por una tarde (o noche) de una semana aislada en medio del invierno.


Aquel día, viernes, aún está en un estadio de la memoria muy presente. No hace tanto, no hace semanas, pero intuyo que pasado el tiempo seguirá dibujando sonrisas en algunos rostros.


Podría decir: cumpleaños, fiesta, más fiesta, cumpleaños, surrealismo y culmen. Es un resumen perfecto de lo que fue aquel viernes para mí. Poca resaca de sábado, por cierto.


Sí, debo decir que me sentí estupenda, que me encontré cómoda entre desconocidos, que disfruté muchísimo, que aquel barecillo tenía un encanto extraño, que mis acompañantes, tanto uno como otra, fueron mucho más.
No contaré mucho... para eso: El clavo en la pared me ha dado la sorpresa esta mañana. Increíble la manera en que te puedes ver reflejada en las palabras de otro, y me refiero a: "Aquí hemos venío a disfrutar, y si no de qué". Y, evidentemente, impresionante la manera de contar, el poder de la palabra que hay en ese post (y en ese blog, y en ese libro...), ¿te he dado las gracias?


Por mi parte... alguna marca me recuerda en el espejo que no todo en la vida es "Historia de la Lengua".


3 comentarios:

Arwen Anne dijo...

me alegro de que te lo pasaras bien, y eso era lo realmente importante. te seguire leyendo

besos

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, el careto de "extramundi" del señor Ortega, ja, ja. Sí, Carmen, si no existiera El Clavo habría que inventarlo; no hay otro blog en que el anfitrión sea el portento intelectual que es y ¡no se le note ni haga promoción de sí!. Fabuloso. Y no, no todo en la vida es Historia de la Lengua, pero sí, en gran medida, historia de la lengua. ¡Ay, lagartones-as...!

Carmen dijo...

Gracias de nuevo, Arwen...
Estoy de acuerdo, zar, es un privilegio este Jesús... Ahora pegaría muchísimo decir: tres hurras por El clavo: ¡hip hip...!
Un besito.