martes, 1 de marzo de 2011

La inmortalidad de los gramáticos

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Todo se penetra. La lectura de los clásicos, que no distinguen los ocasos, me ha vuelto inteligibles muchos ocasos, en todos sus colores. Hay una relación entre la competencia sintáctica, por la que se distinguen los valores de los seres, de los sonidos y de las formas, y la capacidad de comprender cuándo el azul del cielo es realmente verde, y qué parte del amarillo existe en el verde azul del cielo. En el fondo es lo mismo: la capacidad de distinguir y de sutilizar. Sin sintaxis no hay emoción duradera. La inmortalidad es una función de los gramáticos.
[PESSOA, Fernando. Libro del desasosiego. Traducción de Ángel Crespo. Seix Barral, Barcelona, 1984]

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