(29 sept.)
Se odia aquello que se
teme, aquello por tanto que se puede ser, que se siente ser un poco. Se odia a
uno mismo. Las cualidades más interesantes y fértiles de cada uno son las que
cada uno odia más en sí mismo y en los demás. Porque en el odio está todo:
amor, ignorancia, misterio y ansia de conocer y poseer. El odio hace sufrir.
Vencer el odio es dar un paso en el conocimiento y el control de uno mismo, es
justificarse y por tanto dejar de sufrir.
Sufrir es siempre culpa
nuestra.
(3 oct.)
Del “29 sept.” sigue que
odiar es necesario. Cada contacto con una nueva realidad comienza con el odio. El
odio es un presupuesto del conocimiento. Los malestares prácticos no son odio
si no en cuanto salen de la esfera del interés y se convierten en reluctancia ante
un desconocido, cosa que en grado [mayor] o [menor] sucede en cualquier caso.
Año 1938 del diario de Pavese:
PAVESE, C. Il mestiere di
vivere. Diario 1935-1950. Einaudi, Torino, 2000. (Edizione condotta
sull'autografo. A cura di Marziano Guglielminetti e Laura Nay. Introduzione di Cesare Segre.)
Traducción mía. La versión original en italiano la publiqué en marzo de 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario