Hoy leo en un post de mi admirado y siempre lúcido
Jorge F. Bustos un alegato “Contra el deporte” que no ha podido más que...
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Imagen de 1001experiencias |
Realmente se somete a un duro examen todo deportista que pretenda ser pasado
por un cultivador de la mente en el grado que sea. Sin hablar ya de futbolistas: la mera hipótesis de que puedan en algún momento tomar entre sus manos
unas líneas distintas al Marca o el Diario Deportivo puede hacer explosionar
algún cerebro. Es bien sabido que nadie se imagina a ningún deportista profesional
leyendo el Quijote entre estiramiento y estiramiento. Quiero recordar a
Guardiola hablando en alguna entrevista de los libros que leía, o recordar a Solaris en alguno de sus artículos, excepciones probablemente.
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Es quizá en los niveles menos profesionales donde
podemos encontrar más, a mi entender, relaciones entre práctica deportiva y práctica
erudita. Podría comentar el caso de algún amigo escritor, futbolista una vez
por semana, algún amigo montañero y escalador con una amplia y sesuda filosofía
de la cultura, o alguna amiga, gran lectora, psicóloga y pichichi de todos los
equipos de fútbol que hemos compartido.
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Imagen de ElPais.com |
Esta discusión, sin embargo, es una discusión para
mí un tanto manida. Pero es cierto que se presupone en ciertos ambientes
intelectuales un escaso o nulo contacto con el mundo deportivo. Y ahí nos
encontramos a algún poeta que afirma escribir con el toc toc tenístico de
fondo; a algún que otro colaborador de revistas literarias o escritores a las dos de la
mañana comentando en las redes sociales las derechas y las voleas en el último Nadal-Djokovic o a las nueve de la
noche la diferencia de 12 puntos en el primer cuarto del España-Australia; posts en los blogs de algunos escritores dedicados al dopaje, a la épica, a la candidatura olímpica o a, por ejemplo, el interminable discurso de Bielsa o el célebre córner
de Valdano (un hombre bastante culto, por cierto), a poetas, cuentistas, críticos,
filólogos y culturetas en general, reunidos en torno a una televisión gritando
ante un gol de Messi como si no hubiese mañana.
Que el circo sea cosa repugnante, que el circo sea
abominable, es tan cierto como pueda serlo que el deporte sobre una mente rica
pueda ser favorecedor.
La distinción tradicional, como muy bien apunta
Jorge, entre el cultivo de la mente y el del cuerpo, no quita que cualquiera o
las dos sean elecciones personales, compatibles, o no, superadas ya en su
contraposición. Ni que decir tiene que sigue en vigor aquella sátira de
Juvenal:
orandum est ut sit mens sana in
corpore sano.
fortem posce animum mortis terrore
carentem,
qui spatium vitae extremum inter
munera ponat
naturae, qui
ferre queat quoscumque labores,
nesciat
irasci, cupiat nihil et potiores
Herculis
aerumnas credat saevosque labores
et venere et
cenis et pluma Sardanapalli.
monstro quod ipse tibi possis
dare; semita certe
tranquillae
per virtutem patet unica vitae.
Se debe orar que se nos conceda
una mente sana en un cuerpo sano.
Pedid un alma fuerte que carezca
de miedo a la muerte,
Que considere el espacio de vida
restante entre los regalos de la naturaleza.,
Que pueda soportar cualquier clase
de esfuerzos,
Que no sepa de ira, y esté libre
de deseos
Y crea que las adversidades y los
terribles trabajos de Hércules son mejores que las satisfacciones, la fastuosa
cena y la placentera cama de plumas de Sardanápalo,
Te muestro lo que tú mismo puedes
darte, con certeza que la virtud es la única senda para una vida tranquila.
[Traducción de TadeoKosma M]
IV Encuentro de futbito Narradores vs. Poetas. Imagen obtenida de El Ojo de Mateo |
2 comentarios:
Querida Carmen, gracias por retomar mi discurso. Los dos sabemos que hay casos y casos: los deportistas, los intelectuales, los intelectuales deportistas y los deportistas intelectuales. Y también los hay, gozo de la planitud, los que no cultivan ni una cosa ni la otra.
Ahí anido yo, en ese último, Jorge. Y qué bien se vive... es como retirarse de la manada para esperar la muerte.
Un beso, lindo.
(Me has hecho volver a escribir, gracias)
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